2019 Año de aniversarios, y eventos, fantásticos.
Con todo lo que se diga, este es mayor logro de la Humanidad.
En 2015, el 21 de octubre para ser más precisos, un grupo de personas se reunió en algún lugar de California para esperar la llegada de Marty McFly desde treinta años en el pasado. Esto dando un ejemplo de cómo el cine nos hace soñar con posibilidades tecnológicas, las cuales asociamos con mucha fuerza a la ciencia ficción.
En este 2019, esta relación entre la capacidad creativa, tanto de ficciones como de realidades, tiene una buena cantidad de aniversarios y de momentos relevantes, unos como futuros alcanzados y otros como señales de un camino recorrido por la humanidad, no siempre positivo. Quiero dejar el más importante para el final, así que comencemos este pequeño recorrido.
1982: BLADE RUNNER (Dir. Ridley Scott)
Cuatro meses y contando...
Una película que en su tiempo pasó casi desapercibida, salvo por unos pocos frikis quienes vieron una imagen de un futuro muy lejano, 37 años, pero al mismo tiempo extrañamente posible. En mi caso tuve ocasión de verla por primera vez cuando apenas contaba con 12 años en 1985. Hubo mucho que no entendí, pero las lágrimas en la lluvia me tocaron profundamente. Cierto es que aun no tenemos Replicantes, autos voladores, ni colonizamos planetas pero sí vamos hacia un potencial desastre ecológico global, muchas tecnologías de ficción entonces hoy son realidades. La cinta también ha sido revalorada y es una referencia obligatoria de la estética del cine y los videojuegos para representar el ciberpunk o simplemente el futuro. No imaginaba que se pudiera, o debiera, crear una secuela y hace dos años la tuvimos, de la mano de uno de los destinados a ser referente para el cine del siglo XXI, Denis Villeneuve. Mis dudas se disiparon tan pronto vi Arrival (si, me la perdí en cines, cosa lamentable) y gocé la fortuna de su estreno el día de mi cumpleaños, función IMAX en compañía de cuatro grandes amigos.
1979: ALIEN (Dir. Ridley Scott)
Cuarenta Aniversario
El mejor tiempo de Ridley Scott, las cintas que lo consagraron fueron las primeras de su carrera. Una obra que combinó el Horror y la Ciencia Ficción, una película que decidió salirse de los mundos fantásticos espaciales que los comics y Star Wars habían presentado. No es que sean malos per se, pero había un romanticismo en esos mundos que esta obra tiró por la escotilla. De las emociones de los primeros exploradores a la banalidad de unos camioneros espaciales, las alusiones a Joseph Conrad, del poder de los corporativos y su nulo aprecio por el "capital humano", visto como eso, como un recurso dispensable. Ese tiempo de efectos prácticos: maquetas, maquillaje y trajes dieron vida a una criatura tan increíble por resultar convincente. Otra obra magistral que influyó no solo el cine, los videojuegos como Metroid deben su existencia a ella. Admito que me tardé en verla, puesto que le tenía pánico al género (imaginen que ET me provocó una Xenofobia que superé hace unos pocos años, irónicamente gracias a Paul, aquella película protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost).
1988: AKIRA (Dir. Katsuhiro Otomo)
Extraordinarias coincidencias... esperemos que no todas
Justo antier cumplió 31 años de su estreno en Japón. Es, con muy buen grado de seguridad, la cinta que abrió el mundo de la animación japonesa al mundo, especialmente para superar la discusión si la animación era un medio orientado solo a un público infantil. No porque haya sido la primera, me viene al recuerdo Heavy Metal de 1981 y el Planeta Salvaje de 1973, sino porque de nuevo se desprendía de esa capa de romanticismo, con personajes de mayor complejidad y también al ser uno de los primeros proyectos transmedia (antes que se inventara el término) intencionales, y sí, Heavy Metal también lo es, pero calificaba más como un "festival de animación" que como una cinta en forma. La historia de Akira transcurre este año, prácticamente en estas fechas y trasciende por las coincidencias: Tokyo será la sede de los juegos olímpicos de 2020, tanto en nuestra realidad como en el manga/anime.
Es tal la influencia de Akira en la cultura japonesa que incluso el plan de renovación urbana de la capital asiática hacia los juegos fue presentado así: Tokyo Reborn, uno como friki sin duda experimenta una emoción muy particular cuando emergen estas fusiones entre mundos ficcionales y la realidad y como alguien interesado en el estudio de las industrias creativas es sin duda una cosa digna de análisis. Y finalmente...
1969: 50 Aniversario de la Llegada del hombre a la Luna.
(De izquierda a derecha) Neil Armstrong, Michael Collins, Edwin "Buzz" Aldrin.
El próximo 20 de julio será el día del quincuagésimo aniversario. Por un lado la Guerra Fría provee la rivalidad entre las dos superpotencias económicas y militares del siglo XX para superar una a la otra, tanto en las fuerzas que he señalado como en los medios científicos y tecnológicos para lograrlo. Los soviéticos tomaron la ventaja en 1957 con el lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial de la Tierra. El riesgo de ser superados llevó a los norteamericanos a fundar la NASA y con ello un nuevo capítulo en la historia de los conflictos estimulando la necesidad de conocer y crear, recordemos que los videojuegos también nacen de este mismo roce entre las superpotencias.
Tras una carrera espacial, donde los americanos aprendieron a punta de una considerable cantidad de fallos, así como la muerte de varios astronautas, y al mismo tiempo importantes progresos; con equipos de cómputo que hoy son menos complejos que un teléfono de línea fija moderno, el 16 de julio de 1969 comenzó la misión Apollo 11, la primera que intentaría alunizar en nuestro satélite natural.
Son inmortales las palabras del Comandante Armstrong al posar su pie en la superficie lunar: "un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la Humanidad"; un efecto que tanto rusos como americanos no esperaban es la experiencia sublime de los viajeros del espacio, al descubrir el planeta en toda su extensión, todos sin excepción abandonaban los nacionalismos, las ideologías políticas y económicas y se reconocían a sí mismos solo como seres humanos, como parte de algo mucho más grande y todas las diferencias se volvían absurdas... Y eso me parece el máximo legado, es cierto que es un sueño, pero ¿y si todos los humanos pudiéramos experimentar eso mismo? Desde entonces tenemos los medios para hacer un poco más reales estos sueños, hagamos que lleguen a más personas.
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