Las Spoiler Wars

Tranquilos, solo es la plantilla, I'm a man of my word.

Las Spoiler Wars son algo que comparto en redes sociales casi siempre que se avecina algún estreno o lanzamiento muy esperado por el público. Hoy las películas, series de televisión/streaming, videojuegos y libros son las principales fuentes de material spoileable.
Me interesa observar esto porque lo percibo como una forma del absurdo, a la Albert Camus, en el que caemos en este tiempo de consumo del entretenimiento. En estas situaciones nos asumimos en una de cuatro formas posibles, digamos una tipología de la persona ante el spoiler:
* Antispoiler: No nos gustan o no los deseamos.
* Indiferente: No nos importan o resultan indiferentes.
* Prospoiler: Los revelamos con intención de molestar a otros.
* Hipócrita: Somos antispoilers ANTES de ver el material y prospoilers DESPUÉS de verlo.

El término viene del idioma inglés, como una derivación de "spoil" (estropear o echar a perder) y en su acepción se liga a dañar algo, como cuando se nos pasa la cocción de un alimento. Su uso parece haber surgido en relación con Star Wars y el spoiler primigenio sería la revelación de Darth Vader, aquella frase de "No, I am your father" (si lo "recuerdas" como "Luke, I am your father", estás sufriendo del Efecto Mandela) y su posterior institucionalización en aquel momento clásico de los Simpson (el de la imagen que abre este post).

De acuerdo con las definiciones se trata de la revelación de información sobre una historia. Si bien las personas tenemos cierta inclinación a quedarnos intrigados con una historia que nos dejan en suspenso, es precisamente porque nos revelan información valiosa y se interrumpe la narración. Un ejemplo de esto es al final de Kill Bill Volumen 1 cuando... (intencionalmente lo dejo en suspenso). Mi punto es que te puedo dejar aún más en suspenso amenazándote con revelar información y no hacerlo.

Al ritmo en que crece la cultura antispoiler y el concepto se aplica con mayor literalidad, el título de una obra será considerada uno. Pensemos que un título como "El Retorno del Rey" ya nos adelanta algo. ¿Acabaremos llamando una película "Marvel movie no. 24"? Las personas gradualmente vamos aprendiendo al ver y estar expuestos a las narraciones, y esto es porque intuimos o descubrimos la estructura de una historia dentro de un género narrativo. El simple hecho de que te digan, es una cinta de... terror te organiza una narración en la que pasarán ciertas cosas en cierta secuencia y si no respetas dicha estructura, suele malir sal...
Por eso esta cosa falla como narración contándote demasiado desde el comienzo.

Los spoilers son una estrategia de mercadeo, y muy efectiva manejada correctamente. Sin duda el mejor ejemplo reciente es el trailer del Episodio IX de Star Wars con la risa del Emperador al final; ya te dieron a entender que dicho personaje sigue vivo y ahora muchos estarán comiéndose las uñas tratando de adivinar cómo es posible. Y eso nos lleva a que, mal manejado, mal justificado, puede dañar mucho más la experiencia de la película que no haber dicho o revelado tal cosa.

Se lo debo a mi maestro: Darth Mouse... y ahora a ver cómo le hace para justificarme de una forma satisfactoria o terminar de destruir la franquicia.

A esto viene a colación el siguiente artículo: https://www.wired.com/2011/08/spoilers-dont-spoil-anything/ donde aporta algo sobre lo falaz de esta cultura anti-spoiler. Me parece entonces que una postura razonable es precisamente la de no dar tanta importancia a esa revelación de información y que los dos extremos anuncian cuestiones delicadas sobre las personas que  toman su postura demasiado en serio.

Ahora recalco que el problema está en las conductas extremas, está bien si hay ciertas historias de las que PREFIERES no saber algo, pero no te ofendes o sientes que te mueres porque te dicen algo que pasará en tu historia favorita; está bien si proporcionas algún dato con el propósito que pueda DESPERTAR EL INTERÉS del otro, pero no lo haces con la intención de dañar psicológicamente a otro (parece exagerado pero hay personas con condiciones de fragilidad increíbles). En mi trabajo como profesor en industrias creativas se vuelve necesario discutir sobre información de materiales narrativos que no todos los alumnos han visto/leído/jugado y... ni modo, se están formando para ser profesionales de la creación de estos contenidos, lo cual incluso es el "spoiler supremo": si comprendes cómo se construyen las historias, cómo les das la vuelta o buscas sorprender a tu público, desarrollarás una comprensión y una visión que te hará deducir mucho más fácilmente lo que hay dentro de otras obras.
Habiendo dicho esta aclaración, vamos a esos escollos.

Me parece que en ambos escenarios extremos hay un problema de psicosis consumista, por llamarlo de algún modo. Esa psicosis de consumo es en buena medida la postura del "fan". A fin de cuentas la palabra es una abreviación de fanático, solo que el propio fan le da un sentido de identificación: "soy quien soy porque me defino por esto que me apasiona".

...y de cómo nos reunimos para celebrar rituales cual hombres antiguos.

Aquí es donde entra una distinción muy importante: fan y aficionado son dos conceptos diferentes. Nos aficionamos a algo cuando nos gusta pero marcamos consciente o inconscientemente un límite, forma parte de lo que nos define, pero no es tan relevante. Nos volvemos fans (u otakus, potterheads, whovians, warsies, trekkers, gamers, americanistas, steelers, apasionados del gimnasio, etcétera) cuando se vuelven nuestra principal, y a veces única, forma de identidad.
Y ustedes dirán "pues tu te la pasas hablando de videojuegos", ni como negarlo, pero también trato de abarcar otro tópicos...

Además tener una afición te puede llevar lejos, astronautas que empezaron como warsies, atletas olímpicos que empezaron admirando a alguna superestrella o equipo, actores y directores de cine quienes se enamoraron de una película o quisieron colaborar con tal persona. Y todos ellos tienen en común algo: trabajaron muy duro para ser algo mas que el admirador, se esforzaron y buscaron llevar sus capacidades al límite para ser creadores/practicantes del máximo nivel. El fan se queda en ser un admirador, no es capaz de incorporarse, de crear lo que ama, solo puede comsumirlo.

  

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